Thursday, February 08, 2007

El crecimiento de la piscicultura como fuente proteica a nivel mundial

EL CRECIMIENTO DE LA PISCICULTURA COMO FUENTE PROTEICA A NIVEL MUNDIAL


Juan Carlos Torchelli (*)


El incremento de la renta per cápita de los países desarrollados y de otros en vías de desarrollo con gran población como China y la India, ha ocasionado un simultáneo aumento de la demanda de proteínas de origen animal, especialmente de pescado, aves de corral huevos y porcinos.

Entre 1990 y 2003, la producción de carne vacuna pasó de 53 Mill. de Ton. a 59 Mill. de Ton., es decir tuvo un crecimiento promedio anual de 0,9 %, la de carne porcina pasó de 70 a 96 Mill. de Ton. (2,8 % anual), la de carne de cordero de 10 a 12 Mill. de Ton. (1,5 % anual), la de aves de corral de 41 a 76 Mill. de Ton. (6,5 % anual ), huevos de 38 a 61 Mill. de Ton. (4,6 % anual), pesca oceánica de 85 a 93 Mill. de Ton. (0,7 % anual) y piscicultura de 13 a 40 Mill. de Ton. (15,9 % anual).

Como puede observarse, la piscicultura se ha transformado en una de las principales fuentes de proteína animal. Potenciada por la gran eficiencia con que las especies omnivaras como la carpa, la tilapia y el siluro convierten cereales en proteína, la producción se triplicó entre el año 1990 y 2003 y probablemente superará a la producción mundial de carne vacuna en 2010.

Cabe recordar que los principales países consumidores de carne de pescado son Japón, China y el resto de los países asiáticos. En Japón, por ejemplo, el consumo es de 75 Kg. per cápita de pescado de origen oceánico. Pero, como actualmente las áreas de pesca oceánica se explotan al límite, ese país ha comenzado a requerir peces criados en cautiverio.

En China, el consumo de pescado es de 30 Kg. por habitante y proviene de las 16 Mill. de Ton. de pesca oceánica y de las 28 Mill. de Ton. de piscicultura. Este país, por otra parte, lidera éste último tipo de producción, siguiéndole en orden de importancia, Vietnam, Tailandia, India y, en menor medida, México y Brasil.

El desarrollo de la piscicultura China se debe, fundamentalmente, a que el incremento del ingreso per cápita de los últimos años ha demandado más alimentos proteicos (“) y, si los niveles de consumo de pescado crecieran a los de, por ejemplo, Japón, se requeriría cerca de 100 Mill. de Ton., valor superior a toda la pesca oceánica actual.

En China la piscicultura, especialmente de carpa y mariscos, se desarrolla en forma integral, aprovechando los estanques para otras producciones como es el caso de la cría de patos y utilizando alimento balanceado en base, fundamentalmente, de grano de maíz. Su producción se encuentra extendida por todas las áreas rurales del país y son llevadas a cabo, en la mayoría de los casos, por pequeñas unidades de agricultura familiar.

El crecimiento de ésta actividad a nivel mundial, en función de la creciente demanda de alimentos proteicos, es hoy ya una realidad inapelable y posiblemente se transforme, en un futuro no muy lejano, en una de las principales fuentes de proteína animal.

Nuestro país como productor de granos para alimentos balanceados, se ha constituido en un importante proveedor a los países que producen todo tipo de carnes. Sin embargo, es relevante analizar la posibilidad de utilizar los mismos en la producción local de esas carnes y, paralelamente, comenzar a desarrollar una actividad como la piscicultura, la cual es generadora de empleo y puede ser realizada en forma familiar, en pequeñas unidades productivas.

Este es un camino en que todos los actores - productores, comercializadores, industriales, investigadores, organismos gubernamentales, consumidores, etc. - de la cadena de alimentos proteicos de origen animal se deben involucrar y comenzar a transitar en forma inmediata, continua y sostenida. Ese es el desafío que debemos afrontar.

(“) Es importante resaltar, como dato ilustrativo, que la mitad de toda la carne de cerdo que se produce en el mundo, se consume en China.

(*) Ingeniero Agrónomo, Magíster Scientiae en Economía Agraria, Especialista en Diversificación Productiva del INTA. Octubre de 2006