Monday, November 10, 2008

EL LINO PARA CONSUMO HUMANO

EL LINO PARA CONSUMO HUMANO

Juan Carlos Torchelli (“)

Como es de público conocimiento, especialmente en el ámbito agropecuario, nuestro país fue uno de los principales productores de lino del mundo, llegando en la década del 30 a tener una superficie de 3.000.000 de hectáreas con éste cultivo. En esa época sus principales usos eran de carácter industrial, tanto en aceite para pinturas como en fibra textil. Con el desarrollo de aceites industriales sintéticos de origen mineral y la sustitución de las fibras de lino por las de algodón u otros orígenes también sintéticos, el cultivo fue desapareciendo a nivel mundial y, obviamente, en nuestro país, llegando hoy a cubrir sólo 25.000 hectáreas, 70 % de las cuales se ubican en la Provincia de Entre Ríos y el resto en el sur de la Provincia de Buenos Aires y norte de Santa fe.

Sin embargo, en los últimos años y debido a investigaciones realizadas en los países desarrollados, especialmente Canadá, se han puesto en evidencia los beneficios que éste cultivo produce para la salud humana. Según el Flax Council of Canadá, las semillas de lino agregan sabor y nutrición a muchos alimentos como panes, galletas y ensaladas. Además, el aceite de las mismas contiene ácidos grasos omega 3, los cuales protegen contra las enfermedades del corazón y derrames cerebrales. Por otra parte, las semillas integran las raciones suministradas a las aves ponedoras, dando por resultado huevos enriquecidos de omega 3, con los beneficios ya explicitados anteriormente para el ser humano.

Cabe recordar que las semillas de lino contienen 41 % de aceite y 20 % de proteínas. Pero lo más significativo, es que la mayor parte de ese aceite está formado por ácidos grasos poliinsaturados, especialmente el ácido alfa linolénico, es decir lo que se conoce comúnmente como omega 3. También contiene, pero en menor proporción, el ácido linoléico, conocido como omega 6. Expertos en nutrición, consideran esenciales a éstos dos ácidos grasos, debido a que nuestro cuerpo no puede producirlos de cualquier otra substancia y debe formar parte de nuestra dieta diaria. Otras semillas, tales como las de maíz, girasol y maní, contienen ácido graso omega 6, pero solamente las semillas de lino tienen una alta proporción de omega 3, con todos los beneficios ya señalados para nuestra salud, a los cuales se agregan estudios en desarrollo, los que están dirigidos a prevenir el cáncer de seno femenino.

Dada ésta situación, es importante señalar que en los últimos años la semilla de lino ha comenzado a ser demandada por varios países, especialmente Alemania, Francia y España. El principal país proveedor de ésta demanda, la cual se encuentra en expansión, es Canadá. El área sembrada a nivel mundial todavía es reducida, superando apenas las tres millones de hectáreas, siendo la India el país con mayor superficie, siguiendo en orden de importancia Canadá y China.

La conclusión que surge de éste panorama, es que los avances en investigación, con las nuevas aplicaciones para usos alimenticios de alta calidad, han abierto innumerables posibilidades de mercado para éste cultivo a nivel mundial y Argentina, con la experiencia adquirida a través de muchas décadas y sus excelentes condiciones ecológicas, puede volver a posicionarse nuevamente como uno de los principales productores. Por otra parte, las nuevas investigaciones deberían estar dirigidas esencialmente a mejorar el rendimiento del cultivo, tanto desde el punto de vista genético como del manejo agronómico del mismo. Ese es el desafío que todos los actores del sector agropecuario, especialmente las organizaciones de ciencia y tecnología, debemos estar dispuestos a enfrentar, y no cabe duda de que podemos lograrlo en un futuro no muy lejano.

(“) Ingeniero Agrónomo, Magister Scientiae en Economía Agraria, Especialista en Diversificación Productiva del INTA - Noviembre de 2008

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